La Realeza del
Señor está descendiendo sobre nuestras situaciones
Pude oír al Señor diciendo: “Viene una multitud de cambios sobre mis hijos. Mientras
estos cambios comienzan a ocurrir, quiero que sean conscientes que es mi
Realeza manifestándose sobre sus situaciones”.
Dijo: “Despierta y levántate, mi Esposa dormida, porque
estuviste aletargada en la cama del desaliento, el rechazo, el dolor y el
abandono. Pero vengo para quitar las sábanas que te cubren. Desataré sobre tu
vida el Espíritu de Consuelo que depositará sanidad en tu mente y devolverá la
esperanza a tu corazón. Haré que anheles vivir, declarando la gloria del Señor
tu Dios en la tierra donde vives”.
“Echa fuera todo
lo que te retiene, sea un sueño perdido, una visión perdida o una promesa
perdida. Deja que vengan y permite que sean como el humo que surge desde mi
santo altar. Porque he visto los sacrificios, las lágrimas, el dolor y la
confusión, pero prometí en mi Palabra que haré un camino donde no existe
ninguno”.
“Observa cómo abro
el mar delante de ti. Debes estar alerta para verme cuando me levante a separar
el mar, porque tengo un lugar especial para que puedas cruzar. Será un lugar de
seguridad, un lugar de posición, un lugar de autoridad. Se conocerá como ‘la
senda bendita de la autopista de la santidad’”.
“Serás llamado un
pueblo santo y apartado. Los demás no querrán acercarse hacia mí, porque
quieren seguir con ambos pies en el mundo levantando sus manos como una burla,
debido a la incongruencia que existe en sus corazones. Pero quiero que todos
vengan para que puedan manifestar la verdad”.
“Salgan del mundo.
Vengan hacia mi Espíritu. Anhelo hablar contigo, de Espíritu a espíritu, de
corazón a corazón, para que puedas aprender a levantarte y avanzar hacia los
montes altos, hacia la nueva visión, hacia las nuevas sendas, hacia los nuevos
propósitos, bendiciones y provisiones. La provisión está a la mano, pero debes
estar lo suficientemente cerca como para recibirla. Acércate a Mí y como te lo
prometí, me acercaré a ti”.
Dios te está
bendiciendo y abriendo puertas sobre tu vida
“Despiértate. Echa
fuera el activismo y el desaliento. No trates de hacer tu propio camino para
atravesar las tormentas de la vida, permíteme darte ojos para ver y oídos para
oír. Pronto reconocerás qué viene desde mi Espíritu y qué viene de los hombres.
Pronto te acercarás a mi Espíritu y entonces la voluntad de los hombres quedará
indefectiblemente a un lado”.
“Tendré un pueblo
humilde que correrá la carrera de la santidad en el terreno de las bendiciones.
Te bendeciré, te bendeciré, te bendeciré. Hoy hablo contra toda maldición que
se habló en tu contra, ya sea en lo secreto o por palabras que salieron de tu
propia boca. Quiebro esa maldición y decreto que eres bendito en Mi Nombre. Te bendigo hoy, porque viniste en Mi Nombre. Te
paraste y adoraste en Mi Nombre. Ahora permite que Mi Nombre se levante sobre
tu vida para abrir puertas que parecen cerradas, porque Yo soy el Camino, la
Verdad y la Vida”, dice el Señor.
Regalos, tras
regalos, tras regalos
Tuve una visión donde Jesús caminaba con sus
brazos abiertos cargados con regalos, anhelando entregárselos a su Esposa, su
pueblo. Así como entregó su vida, el don para la salvación. Además dijo: “Enviaré el don del Espíritu Santo”.
Regalo tras regalo, tras regalo… pero es
interesante, porque todos ellos estaban envueltos en pañuelos blancos,
representando sus vestiduras de justicia, pero las cintas eran rojas, debido a
su sangre. Todos tenían medidas diferentes y las cintas también tenían estilos
diferentes.
Pude oír al Señor cantando sobre su Iglesia, como
un novio cantaría sobre su novia: “Entrego mis
regalos sobre mi Esposa porque me deleito en ella”. Entonces, mientras ella se deleitaba en su
Novio, podemos encontrar la dulzura, anhelando de corazón a corazón, más allá
de todo entendimiento, más allá de todo dolor, más allá del gozo, era el
éxtasis puro de la comunión en su presencia, donde todo lo demás se convertía
en algo insignificante.
“Porque así como
puse mi rostro como el pedernal y avancé hacia la cruz, pongo mi rostro como el
pedernal para atraer a mi Esposa hacia la recámara nupcial de una manera
fresca, nueva y fuerte. Allí ella comprenderá el significado del beso dulce de
un Novio, la aceptación de su Amado, el amor incondicional y el entendimiento
cuando nadie más comprende”.
“Miro al corazón
con completo entendimiento. No en juicio ni en condenación, sino con gracia,
misericordia y a través de los ojos del amor. Porque hago que los míos sean
aceptables ante mis ojos por medio de mi sangre. Cubrí a los míos con mi gloria
y con mis vestiduras de justicia. Levantaré a los míos de gloria en gloria, si
tan sólo declaran: ‘Ven, ven, Señor Jesús’”.
El Señor continuó diciendo: “Culminé mi Palabra con el Espíritu y la Esposa diciendo:
‘Ven, ven Señor Jesús’. Hoy también anhelo oír este clamor en los corazones de
los Míos: ‘Ven, ven Señor Jesús. Pasa por encima de toda circunstancia. Sana
mis malos entendidos y mis temores. Tómame así como soy’”.
El Señor dijo: “No
sólo te tomaré como estás hoy, te amo demasiado para dejarte así como estás,
despertaré en ti el hambre por mi Palabra. Porque removeré la competencia que
te rodea, para que tus ojos se fijen en Mí y no en otro”.
“No me deleito
cuando tropiezas. Cuando lloras, Yo lloro. Cuando ríes, Yo río, porque no soy
un Dios distante. No soy un Dios extraño, no soy un ídolo hecho por manos de
hombres. Soy el Señor tu Dios, quien vino a la tierra con un plan antes que
fuera formada. Se estableció un plan para la salvación, porque supe que el
hombre pecaría. Pero también sabía que el hombre elegiría ser mío para entrar
en una dulce comunión”.
Todo lo que tiene
que ver contigo es importante para Dios
“Cuánto anhelo
responder tus oraciones. Cuánto anhelo llamar a los Míos para que salgan del
valle del desaliento y la desesperanza. Cuánto anhelo llevar a mi Novia al
monte y refrescarla, posando sobre ella mis labios con los dulces besos de mi
presencia, porque no soy un Dios de las cosas insignificantes, Soy el Dios de
lo que tiene importancia”.
“Para Mí, todo lo
que tiene que ver contigo es importante. Porque fuiste creado para mi placer y
fuera del terreno de la gracia no puedes tener entendimiento. Pero cuando
entras en el terreno de la gracia, el conocimiento y la aceptación, te
transformas en la Novia que posee la fiesta de bodas. Porque eres parte de la
familia, la mano de aceptación de mi Padre, el Espíritu sellándote para
salvación eterna, soy Yo mismo habitando en ti, no a la distancia sino corazón
a corazón, oído a oído, susurro a susurro”.
“No busco un
pueblo que se quede sólo y se sienta abandonado. Porque vi a los Míos en el
aposento alto temblando de temor. Luego mi Espíritu descendió sobre ellos y
todo cambió, porque cumplo mi Promesa. Luego les dije que no los dejaría como
si fueran huérfanos. Les dije que enviaría mi Espíritu para que los guíe, los
dirija y los instruya, para guardarlos en toda verdad”.
“Les dije que no
los abandonaría en el lugar donde se sentirían huérfanos, porque sería el sello
sobre sus corazones. Porque donde existe comunión, la dulzura en la presencia
del Señor, la Novia y el Espíritu claman rendidos en alabanza y adoración: ‘Ven
Señor Jesús’”.
“Levanta mi
Nombre. Levanta tu corazón. Permíteme quitar de ti el pesar de la depresión y
el temor. Acércate y te prometo que me acercaré a ti. Acércate en quietud. Oye
mi voz. Entrénate para oír. Debes disponerte a oír, a hablar, a reírte, a
llorar, a correr y a estar en quietud. Debes
disponerte a consagrar todas las cosas en Mí para que pueda llevarte a través
de todas las cosas, porque te fortaleceré. ¿No te prometí en mi Palabra que
podías hacer todas las cosas a través de Cristo Jesús que te fortalecía? Yo Soy
tu Fortalecedor”, dice el Señor tu Dios.
“Debes saber que
muchas cosas cambiarán…”
El Señor dijo: “Aprende
a quedarte conmigo. Porque el enemigo establecerá una trampa tras otra para
cautivar tu alma en dolor y aprisionarte para que puedas buscar mi rostro. Pero
debes saber que oigo. Debes saber que conozco. Debes saber que no vine para
lastimarte, para mover mi mano en tu contra o para establecer mi rostro contra
ti. Vine para extender mi bondad, mi amor y mi misericordia, porque mis brazos
están abiertos para ti”.
“Permíteme abrazar
tus lágrimas. Permíteme abrazar tu templo. Permíteme ser conocido como el
‘Salvador que puedes abrazar’. Te voy a abrazar una y otra vez. Borraré las
huellas de los hombres, porque los hombres fueron enviados para destruir una y
otra vez. No ha sido mi mano de destrucción”.
Entonces en ese momento dirías: ‘Detén toda la guerra en mi contra’. Aprende a descansar y a dormir sobre la Palabra.
Permite que la Palabra se active. Mientras lo haces, deja que el Espíritu
cautive tu mente, tu corazón, tu cuerpo y tu alma, hasta que seas devorado en
el conocimiento de la bondad y el amor del Señor.
“Los bautizo en la
frescura y la fuerza del fuego de mi amor. Tomaré los corazones que se
enfriaron por el dolor y el rechazo para ordenarles que resuciten y vuelvan a
latir. Sigue el ritmo del Espíritu Santo. Echa fuera la muerte y el dolor y
comienza a saltar. Comienza a aplaudir. Comienza a liberar tu espíritu y
persevera para que pueda sacar de ti el reporte del Señor. Debes saber que
muchas cosas cambiarán, porque estoy a tu favor y no en tu contra”,
dice el Señor tu Dios.