Bienvenido Espíritu Santo
Autor: Benny Hinn
Hechos 3: Él cambiará su apariencia
He aquí lo que he notado en cuanto a las personas con una poderosa unción en su vida. Se ven jóvenes, independientemente de su edad. Sus ojos brillan y tienen fortaleza física.
Permítame contarle de un ministro que conocí hace años cuya apariencia irradiaba del Señor. ¡Tenía tanta vida y predicaba con tanto poder y autoridad! Hacía años que lo conocía y tenía una gran unción del Espíritu sobre su vida y ministerio. Sin embargo, durante su ministerio surgió un gran problema en su vida. En lugar de ocuparse del mismo, decidió ignorarlo y la presencia de Dios lo abandonó. ¡Lo vi luego de unos meses y me sorprendí! Ni siquiera se parecía. Su apariencia era la de un viejo de aspecto macilento. La chispa se había ido. El celo por la vida se había desvanecido. Había envejecido instantáneamente.
Pedro y Juan, después de recibir la plenitud del Espíritu Santo, fueron a la puerta del templo y un mendigo les pidió dinero. Ellos le dijeron: "Míranos" (Hechos 3:4), una apariencia de poder y de valentía les sobrevino debido a la presencia de Dios.
En lugar de darle dinero, Pedro dijo: " No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda" (v.6).
El mendigo cojo saltó, se levanto y comenzó a correr, brincando y alabando a Dios. Cuando las personas vieron lo ocurrido, "se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido" (v.10).