Bienvenido Espíritu Santo
Autor: Benny Hinn
Hechos 9: Él cambiará su actitud
Saulo, que luego fue llamado Pablo, es un ejemplo excelente de cómo el Espíritu Santo puede transformar su caminar. ¿Cree que podría llamar "hermano" a alguien que es un blasfemo, perseguidor y asesino?
Como es natural, parece imposible. Pero eso es lo que el Espíritu Santo puede hacer. Cuando Dios le dijo a Ananías que fuera a orar por Saulo, replicó: "Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén" (Hechos 9:13).
Sin embargo, Ananías obedeció a Dios y salió a orar por Saulo.En el momento que Ananías se encontró con él, le puso las manos y dijo: "Hermano Saulo, el Señor Jesús que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo" (Hechos 9:17).
Ni los apóstoles se querían relacionar con Saulo. No estaban convencidos de su conversión. Hasta donde supieran, iba de camino a Jerusalén a matarlos porque no habían visto evidencia de lo contrario. Bernabé tuvo que hacerlos cambiar de parecer. Trajo a Saulo ante ellos y les explicó "cómo Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y cómo en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús" (Hechos 9:27).
Cuando los apóstoles vieron la transformación en Pablo, se sorprendieron. Este hombre que una vez fue una amenaza para su seguridad personal y para el mensaje que predicaban, ahora andaba proclamando "a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios" (v.20). Si el Espíritu Santo pudo transformar a Saulo en Pablo, ordenando por completo su vida y propósito de existencia, imagínese cómo podría transformarnos a usted y a mí. Sólo un toque de su presencia puede alterar el curso de nuestra vida para que andemos en sus caminos a fin de realizar su voluntad y no la nuestra.
