EVANGELISMO CON FUEGO
Autor: Reinhard Bonnke
BALAS DE SALVA
El fuego de Dios es especial, singular. En el altar de Moisés sólo se permitía el fuego de Dios, no un fuego producido por medios humanos. Nadab y Abiú hicieron su propio fuego y con eso encendieron sus incendiarios. A ese fuego se le denominó "fuego extraño". Fue entonces cuando un fuego divino brotó del tabernáculo, devorando el fuego falso y dando muerte a los sacerdotes rebeldes (Levítico 10:1-2).
Hoy día también se ofrecen fuegos extraños. Hay evangelios extraños que no tienen nada que ver con el verdadero Evangelio. Algunos nos ofrecen teologías de incredulidad y formas de pensar mundanas. Nos presentan filosofías y teorías que no tienen ni rastro del calor glorioso del cielo.Sólo producen controversia. No generan calor alguno.
Mi amigo Paul C. Schoch me hizo ver lo que se esconde detrás de todas estas tendencias, me recordó lo que Jesús le dijo a Pedro:
".....¡ Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres" (Mateo 16: 23).
Los pensamientos se dan en dos niveles opuestos. Hay pensamientos altos y pensamientos bajos, los pensamientos de Dios y los pensamientos de los hombres. Dios dijo en Isaías 55:8-9: " mis ideas no son como las de ustedes". Por otro lado, los pensamientos de Satanás son como los de los hombres. Es un hecho que Satanás no alcanza a comprender a Dios, aunque nos parezca extraño. Originalmente Satanás era Lucifer, un ángel cercano al trono de Dios. ¡Creo que cuando Jesús le aplastó la cabeza a la serpiente le causó algún tipo de daño cerebral!. Está desorientada. En un tiempo, Satanás estuvo lleno de sabiduría, pero ahora está desconcertado por que Dios está haciendo. Está desconcertado por lo que el Señor hizo en la cruz. Este tipo de confusión es consecuencia del pecado.
Los hombre piensan como piensa el diablo. Hay quienes consideran que la cruz es una locura. No pueden comprender a Dios. De hecho, al principio Pablo tampoco comprendió el mensaje de la cruz. Una furia en contra de los creyentes carcomía su corazón. Era un "hombre feroz", que resoplaba amenazas y muerte; su cerebro estaba colmado de una gran incredulidad. Pero cuando creyó, finalmente se abrieron sus ojos.
Me pregunto si al diablo le gustaría enviar espías al reino de Dios para ver qué secretos hay allí. Si lo hiciera, de nada serviría. Los demonios no entenderían esos secretos. El diablo está desconcertado. Para Satanás, el sacrificio de Cristo es algo que Dios hizo para su propio beneficio. El diablo cree que todos son como él, ésa es su naturaleza.
Si tenemos que luchar contra el diablo, en el plano de los pensamientos humanos, recordemos que él piensa como piensan los hombres. Satanás inventó un juego de ajedrez humano y ha estado con él a los largo de la historia. Anticipa cada uno de nuestros movimientos, y está preparando para darnos jaque mate con muchísima anticipación. La experiencia se Satanás comienza en los tiempos de Adán. Es por es que él sabe cómo responder a cualquier plan de ataque que tengamos. Afortunadamente, la fe no es resultado de la sabiduría humana. El evangelio tampoco es producto de la inteligencia humana. No lo escribió un profesor universitario. Tenemos que entrar en la dimensión divina, pues allí el enemigo no puede seguirnos. El diablo no puede hacerle frente al Espíritu Santo. Si nosotros planificamos, predicamos, damos testimonio y evangelizamos confiados únicamente en nuestras fuerzas humanas, seremos un blanco fácil para Satanás. Él puede manejar la sicología y la propaganda, y la única forma de vencerlo es moviéndonos en el Espíritu, y predicando el evangelio tal cual es. Es entonces cuando el trastornador queda trastornado. Queda fuera de combate. EL diablo no conoce lo más elemental del Espíritu Santo.
Esto lo vemos constantemente en nuestras cruzadas evangélicas. Las reuniones se las entregamos totalmente al Espíritu Santo, y los resultados son impresionantes. Hay naciones enteras que están siendo tocadas por el poder de Cristo. Las religiones falsas y doctrinas de demonios son sacudidas y rotas. Ningún predicador puede hacer esto, no importa cuán popular e inteligente sea. El éxito sólo se da cuando Dios hace las cosas a su manera. Cuando Él entra en el campo de combate, la victoria está garantizada. El puede, quiere y tiene éxito, siempre que le permitimos hacerse cargo.
Estas victorias, son parte de las bendiciones que el Señor prometió en los "últimos tiempos". Lo que sucedió el Día de Pentecostés no se acabó en Jerusalem, continua"....hasta lo último de la tierra" Hechos 1:8). Le aseguro lo siguiente: Aquellos que operen en la esfera del Espíritu recibirán todo lo que la salvación de Dios garantiza. Esa clase de evangelismo victorioso acabará con la retaguardia de Satanás, y será derrotado. Éste es el fuego santo que no puede ser imitado.