sábado, 7 de marzo de 2020

CONOCE EL LUGAR SECRETO DE DIOS






¿Cómo es el lugar secreto?

Amados, Dios les bendiga y les guarde a todos. Ayer aprendimos que Dios quiere encontrarse con nosotros en el lugar secreto de la oración. ¿Cómo es el lugar secreto? ¿Cómo podemos reconocerlo? Veamos sus características.

El lugar secreto es…

El lugar donde la presencia de Dios es revelada y manifestada

El sacrificio de Jesús en la cruz nos da acceso a la presencia de Dios, y la oración es el lugar donde tenemos ese acceso. Orar es reconocer que tenemos una cita divina en la que podemos hablar cara a cara con un Dios santo. Como no podemos hablar con un Dios ausente, es necesario que entendamos que Él está presente, nos escucha y nos responde.
No importa donde vayamos, Dios está con nosotros. En medio del fuego y la tormenta, en tribulación y persecución, en la soledad y el miedo, Él siempre estará con nosotros porque Él nos ha prometido estar allí. Jesús nos dio Su Palabra que estará con nosotros “hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20).
La verdadera oración, por consiguiente, incluye estar conscientes de que estamos en la presencia del Dios Todopoderoso. Para estar en la presencia de Dios, necesitamos poner todo nuestro afecto en Él, es decir, fijar toda nuestra atención y pensamientos en Él, enfocándonos por completo en Su persona. Cuando hacemos esto, halamos la eternidad al ámbito del tiempo.

Mas Él [Jesús] se apartaba a lugares desiertos, y oraba. Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. (Lucas 5:16–17)

Todos los días, Jesús se aseguraba de estar en íntima comunicación con el Padre y lleno de Su presencia. Por eso, al salir de Su lugar de oración, Él irradiaba poder. Cuando las multitudes se acercaban a Él buscando sanidad y liberación, Jesús solo tenía que declarar la palabra y un rompimiento sobrenatural ocurría. Después de pasar tiempo en la presencia de Dios, Jesús no necesitaba orar por las personas, porque la atmósfera que portaba —la cual había edificado con Su Padre— producía milagros, señales y maravillas instantáneos. El Padre veía las oraciones que Jesús hacía en el lugar secreto y lo recompensaba públicamente. Cuando estamos plenamente conscientes de la presencia de Dios y pasamos tiempo en comunión con Él en el lugar secreto, dondequiera que vamos, portamos la atmósfera de Su presencia, irradiamos Su vida, libertad, poder y gloria.

El lugar donde venimos a conocer a Dios

Debido a que la presencia de Dios se manifiesta en nosotros en el lugar secreto de oración, es allí donde venimos a conocer al Padre. “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). A medida que oramos, Dios se nos va revelando a Sí mismo, y somos atraídos a Él de manera aún mayor. Él nos pone bajo su cuidado, como Su especial tesoro y parte de Su corazón.
Dios quiere que lo veamos como es. Anhela establecer una relación íntima con nosotros y que nos hagamos uno con Él, así como Él es uno con Su Hijo Jesús. Y la oración es el lugar donde podemos ver a Dios como Él realmente es y recibir Su vida.

El lugar donde nos apropiamos del poder de Dios

En el libro de los Hechos, cada vez que los cristianos se reunían para orar, el poder de Dios se manifestaba. Esto nos indica que a la iglesia nunca debería faltarle poder. El enemigo ataca la vida de oración de las iglesias y de los creyentes, porque no quiere que tengan acceso al poder y a la gracia sobrenatural de Dios.
El poder es nuestra herencia como hijos de Dios, pero solo podemos usarlo legalmente, en un sentido espiritual, a través de la oración que forma parte de una relación íntima con el Padre.

El lugar donde participamos de actividad espiritual

El Espíritu de Dios está continuamente activo en la tierra. Cuando usted ora, se convierte en un participante de lo que Él está creando y haciendo en el mundo. Tristemente, una gran parte de la iglesia hoy no sabe cómo orar; como consecuencia, la oscuridad espiritual es cada vez más espesa en la tierra. Esta generación carece de la profundidad espiritual que produce una vida de oración. La profundidad de nuestra vida de oración determinará la profundidad de nuestro mensaje. Cuando el espíritu de una persona está vacío, produce palabras vacías. Cuando el espíritu de una persona arde con el Espíritu Santo, desata el poder de Dios a través de palabras ungidas y genera actividad espiritual.

El lugar donde obtenemos autoridad espiritual

La autoridad espiritual le pertenece a todos los hijos de Dios, por herencia, a través de Jesús. (Vea, por ejemplo, Lucas 10:19). Sin embargo, tal como sucede con el poder espiritual, el uso de la autoridad espiritual es legal solo cuando mantenemos una relación con nuestro Padre celestial. Una manera importante como Dios nos imparte Su autoridad es a través de la oración.
Por eso, cada vez que nuestra vida de oración empieza a disminuir —en nuestra vida personal o como iglesia— nuestra autoridad espiritual se debilita. Hoy vivimos en tiempos extremos en los que el enemigo está haciendo todo lo que puede para disminuir el poder de la iglesia. Por consiguiente, cada día, necesitamos nivel mayor de autoridad espiritual, y para eso tenemos que “orar sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17).
Pensamiento: Antes de darnos poder, Dios quiere que tengamos una relación con Él.
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. S. Juan 17:3 RVR1960

Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
Hebreos 10:19-22 RVR1960
Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios. Hechos 4:31 RVR1960

Atte: Pastor Franklin Marino.