DAVID YONGGI CHO
Título: Andad como hijos de luz.
Versículo: Efesios 5:1-8
Título: Andad como hijos de luz.
Versículo: Efesios 5:1-8
La salvación es sólo por creer la gracia de la cruz de Jesús.
Nada se puede añadir ni quitar a la gracia que Jesús
logró en la cruz. Recibimos la salvación sólo por la fe a través de la gracia. Pero debemos ser imitadores de Dios
como hijos amados.
logró en la cruz. Recibimos la salvación sólo por la fe a través de la gracia. Pero debemos ser imitadores de Dios
como hijos amados.
En Efesios 4:22-24 dice “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” Cuando vivimos vestidos del nuevo hombre, creado según imagen de Dios en la justicia y santidad de la verdad, entonces tendremos comunicación con Jehová sin obstáculo, y recibiremos respuesta sobre cualquier cosa que le pidamos y una vida espiritual. Sin embargo, debemos guardar algunos puntos particulares para una vida espiritual que le agrada.
En primer lugar, tenemos que definir el límite tanto de lo que podemos o no debemos hacer, para que así tengamos una vida de justicia. Debemos tener un claro conocimiento en nuestro corazón sobre nuestra limitación y decir “lo puedo hacer hasta aquí, pero no más”. Porque el hombre no puede tener una vida de justicia si vive confuso traspasando la línea de injusticia y pecado, y justicia y santidad sin tener un límite separación. Hermanos, este es justamente los Diez Mandamientos.
En I Juan 3:24 dice “Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él, Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” Somos salvos por haber creido en Jesús, pero el Señor estará en nosotros y el Espíritu Santo se manifestará en nosotros si guardamos los mandamientos. Así que tenemos que trazar la línea de separación de los mandamientos en el corazón. “Nunca pasaré esta línea, no debo pasarla” Debemos decidirnos dentro nuestro. Así podremos vivir una vida de justicia, de lo contrario será imposible.
Pues, ¿cuál es la línea de separación que debemos trazar en nuestro corazón? Tenemos que trazar definitivamente la línea en el corazón a través de los Diez Mandamientos. “No puedo tener dioses ajenos delante de Jehová porque él lo dijo” Debemos trazar esta línea de separación. Tenemos que aceptar la fe calurosa de los mártires que nunca doblaron sus rodillas delante de los ídolos.
Hoy en día, mucha gente va a Corea del Norte y vuelve habiendo inclinado a la estatua de Il-Seong Kim. Entre
ellos están pastores, ancianos, y hermanos que creen en Jesús. Esto no debe suceder. ¿Cuántas personas fueron
sacrificadas después de haber sido siendo presionadas y azoteadas por guardar su fe, no inclinándose a la estatua japonesa en el período de gobernación de Japón? Tenemos que señalar en nuestro corazón una línea de separación que diga “no puedo pasar esta línea aunque muera” entonces pordremos vivir justificados.
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano” Aunque hablamos con nuestra boca como queramos, debemos guardar el temor al nombre de Jehová. Debemos decidirnos no tomar nunca en vano el nombre santo de Jehová.
“Acuérdate del día de reposo para santificarlo” Seis días trabajamos para vivir, pero el séptimo debemos servir a Jehová. Debemos decidirnos a guardar el día del Señor de resurrección, e ir a la iglesia y adorarle.
“Honra a tu padre y a tu madre” Estamos viviendo en la era de una familia de consistencia pequeña, vivimos alejados y separados, y damos excusas de que no tenemos tiempo de atender a los padres, pero debemos decidirnos a honrarlos.
No honrar a los padres es desobediencia a la voluntad de Dios. Tenemos que decidirnos a honrar a nuestros padres.
“No matará” Por supuesto que no matamos a personas. Pero se dice que si uno guarda odio en su corazón tan profundo que quiere matarla ya cometió asesinato. Por tanto, debe trazar la línea de separación en su corazón y cuando nazca odio en su corazón, debe impedirlo. “No cometerá adulterio” Hoy en día la moral está por los
suelos. Mucha gente no siente vergüenza habiendo adulterado. “Si no se me descubre, estoy bien” dicen
algunos. Pero en nuestro corazón debemos señalar la línea de separación: Nunca cometeré adulterio, No pasaré esta línea de separación, Nunca lo haré. Así trazando la línea de separación, tome una decisión profunda en su corazón, y no traspase estas líneas. “No hurtarás” No debemos robar ni las cosas del mundo ni el diezmo que pertenece a Dios. ¿Cuánto rico y satisfecho no será hurtado? La satisfacción, la alegría y la felicidad son más grandes cuando vienen por guardar la justicia. Así que tenemos que trazar una línea de separación que diga “no
voy a hurtar aunque tenga una oportunidad para hacerlo”
“No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” Es el pecado que la mayoría de la gente comete. Añade otras
palabras al comentario no criticando exactamente a los prójimos. Debemos decidirno a que “no voy a hablar contra mi prójimo falso testimonio” y trazar la línea de separaión. “No codiciarás la casa de tu prójimo” Si a nuestro prójimo próspera más que a nosotoros mismos, le celamos, le reprochamos, le ofendemos. Pero tenemos que decidirnos “Nunca lo haré” “Jamás traspasaré la línea, si traspaso la línea de separación la comunicaicón con Dios se corta y la luz de mi consciencia se oscurece” Debemos sabelo. En la Biblia dice que la lámpara del cuerpo es el ojo, cuando el ojo está en maligno, también el cuerpo está en tinieblas.
El ojo es la consciencia. El ojo de consciencia es la lámpara del cuerpo. Si el corazón está lleno de luz de
consciencia, todo el cuerpo quedará iluminado. Toda su vida está clara, brillante y luminosa. Pero cuando la
consciencia está en tinieblas, todo el cuerpo está oscuridad. Estará lleno de espíritus inmundos, y en consecuencia no entenderá nada. La lámpara de consciencia tiene que estar luminosa y debemos definir la línea de separación a través de los Diez Mandamientos para que la lámpara ilumine a nuestro corazón y podamos vivir justificados.
En segundo lugar, si uno comete pecado, tiene que arrepentirse cabalmente y tirar la actitud pecaminosa. En I
Juan 1:9 dice “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” ¿Qué diferencia tiene entre Saúl y David? Saúl pecó y también David, tal vez más que Saúl, pero cuando Saúl fue reprendido por su pecado, cada vez se excusa y fue abandondo de Dios. Pero en caso de David, después de pecar, cuando vino el profeta Natán y le señaló su pecado, inmediatamente se arrodilló bajando del trono y confesó: Dios, perdona mi pecado. Y Jehová dijo inmediatamente que le perdonaba.
¿Por qué Adán y Eva fueron abandonados? Si Jehová hubiera querido matarles en el huerto de Eden, no les hubiera buscado. Sabía dónde estaban después de haber pecado. Sin embargo, buscaba dónde estaban para darle la oportunidad de arrepentirse. ¿Estuvo buscando por qué no sabía lo que pasó? No, lo sabía todo. Quería que se arrepintieran diciendo: escondimos porque estamos vergonzosos por nuestros pecados. Pero ellos buscaron la manera de excusarse hasta el fin. Adán dijo que había comido el fruto por la mujer Eva quien le había dado. Y Eva dijo por el serpiente. No se arrepentieron ni confesaron, sólo dieron excusas. Quisieron justificar sus errores. En consecuencia, fueron abandonados. Cuando cometamos pecado, no debemos
justificarlo ni buscar la manera de excusarnos. Debemos descubrir nuestros pecados, y vomitarlos todos fuera de nuestro corazón y luego arrepentirnos cabalmente; después echar de echar fuera el pecado y regresarnos al Señor.
Mucha gente no se arrepiente con su acción sino sólo con su boca. Repite el pecado como el perro vuelve a su vómito y el cerdo vuelve a echar en el lodo, después de un buen baño. Eso no es un arrepentimiento. Cuando comete el pecado, tiene que arrepentirse cabalmente y regresar al Señor habiendo abandonado totalmente la acción de pecado. Así podrá vivir justificado. En tercer lugar, tenemos que pedir la ayuda del Espíritu
Santo para que vivamos justificados. Es el Espíritu que nos santifica. En Romanos 8:1-2 dice “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Esíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte” Por eso si reconocemos, damos bienvenida y invitamos al Espíritu Santo y dependemos de él, desatará el lazo de la ley del pecado y de la muerte.
En Romanos 8:26 dice “Y de igual manera el Espíriru nos ayuda en nuestra debilidad: pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” Espíritu santo nos ayuda en nuestra debilidad y nos hace vencer con la oración. En cuarto lugar, tenemos que leer la palabra siempre y meditarla. Viviendo en este mundo, es inevitable que ensuciemos nuestro cuerpo por polvos y suciedad. Pero la razón por la que tomamos la ducha todos los días es para limpiar nuestro cuerpo sucio. Jesús lavó los pies de sus discípulos en la última cena. En aquél tiempo no contaban con camino pavimentado. Los pies estaban muy inmundos y maltratados. Cuando iba a lavar los pies de Pedro, el no quiso que lavara sus pies. Entonces Jesús dijo si no lavara sus pies, que no tenía nada que ver con él. Así que Pedro le repondió pidiendo que le lavara su cabeza también. Pero Jesús dijo el que había duchado una vez, su cuerpo estaba limpio pero no los pies.
Hermanos, el que cree en Jesús, sus pecados le fueron perdonados, pero los pies es acción. La acción que vive
todos los días se ensucia siempre, así que tiene que arrepentirse todos los días. Cada vez que pecamos, no es
creer en Jesús otra vez. Por creer en Jesús una vez, el alma ya tiene la salvación, pero los pies es nuestra
acción y tienen que ser siempre limpiados porque se ensucian con polvos y suciedades por vivir en este mundo.
Hemanos, ¿con qué podemos limpiarlo? El agua espiritual con que limpiamos es la palabra de Jehová. Si leemos la palabra, ella entra en nosotros y hace el papel de ducha y nos limpia.
En Juan 15:2 dice “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto” El Señor está diciendo de que nos limpia con la palabra.
Cuando escuchamos la palabra, nos hacemos limpios. Cuando leémos la palabra, nos hacemos limpios. Cuando escuchamos la palabra, el espíritu inmundo dando voces. Tomamos ducha de la palabra. Hermanos, ahora están tomando la ducha de palabra al participar de este servicio en la iglesia. Están limpiándose como lluvia de chubasco. Todo su pecado de injusticia está limpio. Salen la incredulidad y la desobediencia. Por escuchar y leer la palabra; nos abre un nuevo camino de porder, estar siempre limpios, purificados, santificados y justificados.
En quinto lugar, tenemos que esforzarnos en la oración. Después de orar en Getsemaní, saliendo Jesús encontró a sus discípulos durmiendo y dijo: “¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación” La razón por la que entramos en tentación es porque nos falta la oración. Si oramos mucho y nos comunicamos con el Señor, aunque la tentación llegue a nosotros, tendremos fuerza para vencerla.
En Santiago 1:14-15 dice “sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraido y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” Si oramos y comunicamos con Dios, la concupiscencia de nuestro corazón será echado y no volveremos a pecar. En I San Pedro 5:8 dice “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” Pero hasta este diablo si oramos, se escapa por siete caminos habiendo venido por un camino.
En Mateo 6:13 dice “Y no nos metas en tentación, mas libranos del mal” Para que no nos metamos en tentación ni seamos arrastarados del mal, tenemos que orar todos los días. La oración nos liga con el mundo espiritual del cielo y corta la relación con el mundo del mal y el enemigo diablo. En sexto, no debemos imitar el mal ni el pecado y tenemos que evitar los sitios de tentación. En Efesios 5:3-4 dice “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanería, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias” A veces lo nombramos sin darnos cuenta y bromeamos. Son cosas que ensucian nuestra alma. Hermanos, después de jugar en un charco, se ensucia todo
nuestro cuerpo. Si pasamos por la chimenea de una fábrica, el humos nos negrea. Así también cuando nos relacionamos, sin darnos cuenta con palabras de avaricia, fornicación, deshonestas, necedades, truhanería, nuestra alma se ensuciará. Nos volvemos tan inmundos que se nos pegarán todo tipo de moscas y gusanos por esa suciedad. Es decir, los espíritus inmundos. Entonces sentiremos pesadez en nuestro corazón, y no podremos orar, y al fin el reino de Dios se alejará. Jamás debemos imitar el pecado ni el mal.
En I Tesalonicenses 5:21-22 dice “Examinadlo todo; Retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal” Estos días hay tantas cosas como videos, televisiones, periódicos, revistas, que nos llevan al mundo inmundo de fornificación y orgía. Tenemos que evitarlo al máximo. No debemos ver la revista sucia ni el video inmundo. Por tales, los ojos que lo ven entran espíritus de avaricia. En I Corintios 3:16-17 dice ¿No sabéis que sois templo de
Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él;
porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es” Hermanos, ustedes y yo que fuimos limpiados por la sangre de Jesús somos el templo en el que mora el Espíritu de Dios.
Así que nosotoros que somos el templo no podemos pasear por los lugares de fornificación y orgía. Es la mentira que uno dice que no cae en tentación habiendo entrado en lugar de tentación.
A lo largo de 40 años de la misión, he oído muchas historias de mucha gente. Entre nosotros, muchos pastores
dicen que “soy santificado ya, soy una persona limpia, y no caigo en tentación a pesar de que voy a un lugar de
tentación” Pero cuando lo escuchaba, siempre decía así: Yo, huyo de esas cosas porque entro en tentación fácilmente.
Huyo de sitios donde están siempre el pecado y la tentación. ¿Por qué? Porque puede que caiga en tentación. Pero ahora veo que los que confiaban en que no tenían problemas acerca de la santidad y la pureza casi han caido todos. Cualquier persona tiene la posibilidad de caer en tentación. No hay ninguna persona que no tiene relación con el pecado como Jesús. Por eso tenemos que evitar sitios del pecado. Tenemos que alejarnos del sitio de tentación. No debemos dar la oportunidad a la tentación.
Eva contemplaba día y noche el árbol del bien y del mal no prestando atención a otros árbloes del huerto. Como lo contemplaba bajo el árbol una tras otra, cayó en tentación del serpiente. Así que tenemos que dejar el lugar de tentación y evitar el pecado. Tenemos que huir del mal. De manera que podamos vivir una vida de éxito.
En séptimo, hacer amigos que son santificados y vivir en una situación limpia moralmente. Alrededor de los colegios de nuestros hijos hay tantas tiendas cómicas de pornográfica y tantas salas de videos inmundos. ¿Cuántos dicen que deberían desaparecer? No todo estan de acuerdo.
¿Cómo podrán evitarlo los jóvenes estas tentaciones? Hace poco, vi la tele que proyectaba con un video una zona de clubes que estaban alrededor de una escuela secundaria y las mujeres de clubes llamaban a los estudiantes diciendo que les siguieran para divertirse. ¿Dónde estará el joven sano y enérgico que no les siga a esas mujeres que le seducían demostrando su cuerpo desnudo?
En Efesios 5:5-7 dice “Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene
herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. No seáis, pues, partícipes con ellos” Diciendo que creemos en el Señor,
pero seguimos con fornicarios, inmundos, y avaros es alejarse del Cristo. ¿Cómo espera que el Espíritu de
Jesucristo permanezca en un lugar sucio, inmundo, y fornicario?
En I Corintios 15:33-34 dice “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Velad
debidamente, y no pequéis” Debemos seleccionar bien los amigos. Si hacen malos amigos, irán tras ellos. Si hacen amigos con los borrachos, beberán alcohol, si lo hacen con los jugadores del juego del azar, jugarán; con los ladrones, robarán, y si con los de fornicario, serán llevados al sitio fornicario. El poder de un amigo es muy
influyente. Así que tenemos que hacer amigos con los buenos y evitar a los malos. Si hacemos amigos con los buenos, permaneceremos siempre en la justicia, la santidad, la pureza, y la conversación y la comunicación con el reino de Dios. Es muy importante con quién nos comunicamos y hacemos amigos para la formación del carácter en nuestra vida.
Deben prestar atención con quien están haciendo amigos sus hijos. Si lo hacen con los malos, nunca andará por un camino recto. A lo largo del tiempo su situación empeorarán. Así los padres deben elegir los que realmente
sirven al Señor y sigue a Jehová para que sus hijos hagan amigos con ellos.
En II Corintios 7:1 dice “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” Lo más que debemos esforzarnos mientras vivimos en este mundo del pecado, es vivir limpiando perfectamente nuestra alma y carne de toda contaminación.
Este es la lucha del día. Tenemos que luchar con la maldad del diablo todos los días sin cesar con la ayuda del
Espiírtu Santo teniendo Cristo en nuestro corazón. Si no luchamos y lo abandonamos, naufragaremos en el pecado. Los santos deben luchar todos los días. Y deben decidir claramente el límite de demarcación y vivir la vida de fe con la decisión definitiva de que “nunca pasaré esta línea”
Cuando uno se aleja del pecado y se comunica con Jehova en justicia, verdad y santidad, experimentará la paz verdadera, la alegriá y la felicidad y por ende Jehová responderá a su oración con gusto.
En Efesios 5:8 dice “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” Antes éramos tinieblas. Como la consciencia que es el ojo de nuestro cuerpo estaba en tinieblas, todo el cuerpo estaba en oscuridad. El modo de nuestra vida estaba en tinieblas, así que éramos siervos del diablo que nos arrastraba. Pero desde el día que la luz entra a nuestro corazón, nuestra consciencia es iluminada por Cristo. Todo el cuepo está luminosa. Así que tenemos que actuar en luz como hijos de luz.
En I Juan 3:21-22 dice “Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéramos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él” Pero si tenemos el pecado en nuestro corazón, perdemos confianza en Dios. Si no hay pecado en el corazón, podemos orar con confianza ante Dios y recibirla.
Por lo tanto, mientras andamos por el camino de forastero, el camino de desierto, y el camino de mundo, lo más que debemos esforzar es vestirnos de nueva persona de la justicia, la verdad y la santidad siguiendo a Jehová y
avanzar cargados con el poder y ser como hijos de luz que glorifiquen a Dios, para que sean justos, santos y
verdaderos a donde quiera que vayan.
Oración:
Padre Dios santo y glorioso, es indecible que el mundo está en la mano del malo, y está sucio, inmundo y
enturbiado. La razón por la que fuimos llamados en el mundo es para que vistamos de justicia, verdad y santidad como hijos de Dios y vivamos como la luz y la sal en este mundo.
Hénos aquí. Dios ayúdanos para que vivamos como la luz y la sal. Ahora no somos la tiniebla sino la luz, ayúdanos para que alumbremos esta luz. Ayúdanos a que instalemos el límite claro para vivir y podamos tomar la decisión definitiva y firme para guardalo. Por hacerlo así podremos presentarnos justos ante Padre, limpios por la sangre de Jesús y justificados, santificados, y sinceros. Ayúdanos para que vivamos así. Derrámanos el Espíritu de arrepentimiento y podamos arrepentirnos verdaderamente, ser limpios y arrojar el pecado hacia atrás. Oramos en el nombre de Jesús. Amén.
Oración para sanidad:
Querido Señor! Gracias por derramar tu sangre y romper tu cuerpo por mi. Te pido dependiendo de la gracia de
Jesucristo y su obra, que sanes a todos que están enfermos en su corazón. Sana a los que están sufriendo por
preocupaciones, ansiedad, angustia, frustración, condenación en su corazón. Ayúdales a que sean libres del
sufrimiento, llenales de justicia, paz y gozo. A los que están enfermos y sufridos, pon tu mano y saca la raíz de
las enfermedades, quítalas y destruya todas las obras del diablo. Padre Todopoderoso, la obra de sanidad que limpia desde la cabeza a los pies, que fluya como un río.
Padre mío, ayúda a nuestros hermanos que han venido cargados y trabajados, que puedan dejar todas sus cargas ante ti. Has dicho, deja toda tu carga ante Jehová y te cuidará, así te dejamos nuestra carga y pedimos tu cuidado, cuídanos. Padre Dios, todos nuestros hermanos han hecho memoria de la santa cena y esperan en ti, ayúdales para que sean prosperado en todas las cosas, y que tengan salud, así como prospera su alma, y tengan la vida de abundancia por la obra del Espíritu Santo. Llénales de justicia, paz, y gozo. Que por la gloria de Padre viviente la consciencia de todos sean alumbrado como el sol. Dános la gracia y el amor para que merezcamos vivir como la sal y la luz en este
mundo. En el nombre de Jesús. Amén.